¡El circo en el centro de la ciudad! Hace unos días un vecino comentaba “si nos van a echar a todos, si esto lo que quieren es facturar con los turistas y la fiesta” mientras escuchábamos los ruedines de maletas que vienen y van por las aceras.
Cuando veo en las noticias el turismo que tantos problemas da en Baleares -un escándalazo- y otros sitios y vivo lo que está gestándose en Malasaña desde hace unos años, da miedo. Sin ir más lejos ayer por la noche -ya jueves y día de fiesta- tu caminas tranquilamente con tus perros y no puedes dejar de mirar ‘arriba’. Ahí están, esos apartamentos turísticos -probablemente ilegales- desde donde se oyen los berridos de chavales -algunos ya talluditos- unos dentro, otros en los balcones gritando a las chicas que van por la calle, fumando y tirando los cigarrillos y la ceniza encima de los que pasan o parte de la bebida que cae con tanto bamboleo, sin inmutarse, ellos a lo suyo. Sigues caminando y no puedes dejar de mirar entre asombro e indignación a humanos haciendo ‘aguas menores’ en vía pública -si yo os contara- que oye, no pasa nada, el cemento no absorbe pero no importa, entre coche y coche aquí no nos ve nadie y lavamos un poco Madrid. Más abajo los contenedores rebosan. Tienes que ir sorteando cajas, plásticos, orines, bolsas rotas, mientras la fiesta sigue para otros, se colocan un ‘miembro’ en la cabeza, una banda de lado a lado y pasean cantando a pleno pulmón como si fuesen las 12 del mediodía y allí no viviese nadie. Un circo que se repite y se repite desde los miércoles-jueves cada semana de cada año.
En un horror! De verdad que llega un momento que satura y no deja vivir. Ver todos los días la calle sucia, aguantar los ruidos, el olor y ver que nadie pone solución…. A mi me parte el alma que la gente no entienda que la calle es del todos, que el mobiliario urbano lo pagamos todos, que sale de nuestros impuestos y que vivir en un sitio sucio es insalubre.
Da igual quién esté gobernando en Madrid, siempre es lo mismo. Nadie hace absolutamente nada, nada, nadaaaaaaa. Que no nos engañen. A los hechos me remito. Normal que muchos mayores del centro de la ciudad se escapen. ¡Madrid, que penita me das con lo que yo te quiero, que mal te tratan!
Volviendo a la frase del vecino… ¿será que tiene razón?
- 500 g de agua
- 500 - 600 g de patatas "agrias" peladas y en trozos
- 600 g de hojas de acelgas -en trozos-
- Sal al gusto
- 5 dientes de ajo morado, pelados -al gusto-
- 100 g de cebolla
- 60 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Cocción: Pon en el vaso el agua, coloca el cestillo dentro del vaso con las patatas y el varoma sobre la tapa con las acelgas lavadas y troceadas. Cuece al vapor 25 minutos, Varoma, velocidad 1. Comprueba que las patatas están blandas. Retira y reserva.
- Ponga en el vaso el aceite, la cebolla y los ajos y trocea 6 segundos en velocidad 5. Sofrie 5 minutos, 100°C, velocidad 1.
- Añada la cucharadita de pimentón dulce y remueve 3 segundos en velocidad 2. Coloca la mariposa en las cuchillas e incorpora las acelgas y las patatas reservadas, sazónalas y mezcla 5 minutos, 120ºC o Varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara. Listo.