Acabo de hablar por teléfono con mi padre y Javi con los suyos. Conversaciones largas sobre lo divino y lo humano… Quiero que esta entrada sea en positivo y sirva para pensar más en las cosas que tenemos y disfrutamos hoy, que en aquellas que añoramos. Llevamos muchos días pensando en el día que esto pase, en la vuelta al trabajo, en los viernes por la noche con los amigos, viajar, irse en verano a la playa… El futuro me parece tan incierto y ahora mismo tan lejano, que he decidido pensar mucho más en el presente.
La verdad es que el confinamiento ha hecho que las familias conversen más. Sea a través del móvil o por las videoconferencias a las que los padres sacan ahora todo el jugo del mundo. Creo que estos días todos echamos de menos a los nuestros en la distancia y por eso estamos haciendo cosas que ni nos paramos a pensar en el día a día, con las prisas y las interminables jornadas laborales. Hoy valoramos más que hace un mes tener bien a nuestros padres, abuelos, hijos… Llamar y charlar de cualquier cosa (nada trascendente, seguro) pero saber que están ahí.
Entiendo el dolor de los que estos días pierden a los suyos y apenas pueden despedirse. Es durísimo, por eso tenemos que disfrutar de los que están y regalarles una sonrisa cada día, una sonrisa aunque sea a través de la pantalla. Debemos reírnos más y si hay que cenar juntos con la tableta en la mesa pues lo haremos. Ponte de acuerdo para comprar el mismo vino o hacer el mismo menú o incluso cocinar juntos. :D. Aprovechemos el tiempo para querer y decir en alto lo que sentimos. No esperes a mañana, cuando puedes hacerlo hoy.
Ahora que estamos todos como locos con el pan, y hay tanto lío con las levaduras y los impulsores, la receta de hoy quizá sean un buen momento para poner en práctica las cosas que os conté en esta entrada: “Tipos de levaduras y sus usos”. Llegó el momento de usar uno de esos IMPULSORES para hacer este bizcocho con frutos rojos. Perfecto para el desayuno familiar antes de que los peques se pongan con los deberes a distancia y nosotros con el teletrabajo. Bueno, o para la pausa del teletrabajo que va a ser nuestra perdición… ¿Cuántas veces se puede levantar uno a la nevera a lo largo de la mañana? A ver quién es el atrevido que las cuenta :)
¡Ah! Os recuerdo que también tengo mi Masa madre lista, ahora estoy en la semana de “madurarla” y hacerle refrescos cada menos tiempo… y pronto nos pondremos con una pan con ella. Que bien!!!!
Yo me voy a poner a India Martínez, mientras me pongo a hacer cositas… me encanta esta mujer, canta muy bonito :D
- 4 huevos medianos
- 100 g de azúcar blanquilla o panela
- 2 cucharadas de azúcar vainillado
- 80 ml de aceite de girasol
- 250 g de yogur natural
- 16 g de levadura química tipo Royal®
- 250 g de harina para repostería
- 1 pizca de sal
- 200 g mezcla de arándanos, moras, frambuesas
- Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo o ventilador.
- Pon la mariposa en las cuchillas, vierte los huevos con el azúcar blanquilla y el vainillado y bate 8 minutos en velocidad 4.
- Incorpora poco a poco el aceite y el yogur y mezcla en la misma velocidad hasta que esté bien mezclado. Retira la mariposa.
- Pesa la harina con la levadura y ve añadiendo al vaso. Incorpórala a lo anterior con movimientos envolventes en tandas hasta que la harina esté integrada. Yo la tamizo con un colador.
- Prepara tu molde, ponle espray desmoldante o mantequilla y vierte ⅓ de la masa, coloca encima la mezcla de frutos rojos, añade otra capa de masa, añade los frutos rojos repartidos y termina con la última capa en la que también pondrás frutos rojos. Hornea a 180ºC durante 35-40 minutos o hasta que veas que está listo -introduce una brocheta y comprueba que esta no sale húmeda-.