Qué complicado es empezar hoy a escribir. No sé cuantas veces ya he borrado estas primeras líneas. Sabéis cuánto queremos a Clara y Camilo, son nuestros perros y forman parte de nuestra familia. La verdad es que no tenía ganas de ponerme delante del ordenador, estoy triste y no me apetece nada, pero creo que muchas personas os merecéis saberlo. Hace unos meses comenté en Instagram que iba a llevar a la perra a la oncóloga y muchos me habéis preguntado por privado, creo que os lo debo.
Este Miércoles 10 de agosto tuve que despedirme de la princesa de cuatro patas de casa, mi Clara. ¡Qué duro! Sé que mucha gente no entenderá nada de los sentimientos que una persona puede tener por su animal, me ha quedado claro en Facebook hace un par de días cuando conté una anécdota de nuestro viaje, pero sé que ahí al otro lado hay mucha gente que los disfruta como yo, que tiene perros y los cuida, los quiere, los alimenta, los respeta y que hay otras personas que sin tenerlos pueden empatizar. Para los primeros no va dirigida esta entrada y os pido respeto.
En junio, Clara cumplió 10 añitos, con nosotros pasó los últimos 7. Pensábamos que no llegaría a verano, pero hemos pasado los cuatro unas vacaciones fantásticas. Sabíamos que este iba a ser el final así que estamos agradecidos del tiempo extra que nos ha regalado. Estaba tan graciosa estos últimos tiempos… A ella la pandemia le vino bien. Más tiempo en casa, hemos compartido más paseos y ella necesitaba mucho cariño, era una campestre y le encantaba subir a la sierra -que os cuente Javi el momento cabras-. Tengo tantas fotos de este verano con ella. Estoy tan orgullosa de mi perra. Eres maravillosa Clara, mi Kerry blue terrier preciosa.
Cuando llegó a casa, cuando la adoptamos, era una perra muy diferente: triste, apagada, no se relacionaba bien con las personas. Hemos luchado mucho para que fuese feliz y creo que hemos cumplido nuestro cometido. Le hemos dado todo el cariño y los cuidados que hemos podido y verla tan alegre y feliz es el premio.. Ahora la echamos de menos, era mi granito en el pompis, siempre detrás, así que os podéis imaginar la sensación de vacío… Me falta y la hecho de menos…, es una sensación de soledad. Ya no me dará con su hocico en la pierna mientras me peino para salir a la calle, ni vendrá a darme los buenos días, mi bajará las escaleras con esa sonrisa parándose en cada descansillo para mirar hacia atrás con sus ojazos… Parece mentira que un peludo te haga tal roto en el corazón. Es lo malo de tener animales. Viven demasiado poco.
Ayer Javi me decía “Clarita va a estar ahí para siempre”. Sí. En muchas casas la podréis ver siempre. No me arrepiento nada de esa portada que os confieso provocó un debate editorial, pero tenía claro que iban a estar en ella y que era un homenaje a mi amor por mis perros y el que sienten muchas familias por ellos. Son seres mágicos que conviven maravillosamente y que aportan muchas emociones y alegrías a sus familias.
Ahora tengo un montón de sentimientos dentro de mi que tengo que recolocar. Sólo han pasado unos días y estoy tranquila por una lado porque hemos hecho lo correcto pero por otro estoy enfadada porque esto haya pasado tan pronto. Se me han pasado estos 7 años muy rápido… Voy a descansar un rato.
Gracias princesita por tantas cosas. Mi Clara-boya- bonita.
Se fue dignamente, con sus ojitos brillantes y su rabito feliz. (30 de Junio de 2012/ 10 de Agosto de 2022)
PD: Gracias siempre a mi querida oncóloga Noemí del Castillo (Clínica Veterinaria SURBATAN) por sus cuidados y comprensión y a su veterinaria de toda la vida y amiga después de tantos años tratando a nuestros peludos: Verónica Garcia de Leaniz (Clínica Veterinaria Galapagar).