Ya hace frío, y en esta época me encanta usar el horno… disfruto muchísimo haciendo magdalenas para los desayunos y me encanta como la casa se impregna de ese olorcillo a bollería casera y como la cocina se templa… es el mejor sitio de la casa.
Ese dorado inconfundible queda precioso en la mesa. Usad tablas de madera, paños de colores, presentadlas como lo que son, auténticas joyas para mojar en el café, en la leche. Son las mejores, solo caseras, sin conservantes, ni colorantes… Si se las regaláis a vuestros amigos les van a encantar y siempre son un éxito asegurado. Las magdalenas ricas, ricasssss.
Para conservarlas, las dejo enfriar sobre una rejilla y las meto en bolsas de plástico para que no se endurezcan. Por supuesto podéis congelarlas y así las váis sacando según necesitéis. A disfrutar!!!
- 250 gr de azúcar blanquilla
- la piel de 1 limón, solo la parte amarilla
- 4 huevos, separadas claras y yemas
- 1 pizca de sal
- 250 gr de aceite de girasol
- 120 gr de leche
- 350 gr de harina de repostería
- 1 sobre de levadura Royal (16gr)
- Precalienta el horno a 220º. Prepara 24 moldes para magdalenas. Pesa el aceite y la leche y reserva.
- Pulveriza el azúcar con la piel de limón durante 30 segundos, velocidad progresiva 5-10. Retira y reserva.
- Sin lavar el vaso, coloca la mariposa, añade las claras de huevo con la sal y programa 4 minutos en velocidad 3-1/2. Cuando las claras se hayan montado, retira y reserva.
- Agrega las yemas y el pulverizado de azúcar con limón y programa 1 minuto en velocidad 3-1/2.
- Programa velocidad 3, sin programar tiempo y ve añadiendo el aceite y la leche por el bocal.
- -Abre la tapa, retira la mariposa y agrega la harina y la levadura. Mezcla 30 segundos en velocidad 4.
- Agrega las claras y envuelve con cuidado con la espátula, con movimientos envolventes. Reparte en los moldes (con una manga pastelera es más fácil). Déjalas reposar 15 minutos y hornea 10-12 minutos o hasta que estén doradas. A comer!!!