Os traemos una nueva cocina, esta vez es un toque clásico para una mujer mayor. Es una cocina con poca luz, se nota en las fotos, y con pocos metros, situada en el centro de Madrid, pero ya veréis que vuelta le da nuestrointeriorista, Ismael Blázquez.
Ismael
“Todo empezó en verano del 2007, cuando su hijo decidió hacerle como regalo el renovar totalmente la casa, fue cuando le pidió a su propietaria que pospusiera el regreso de sus vacaciones de verano, vamos que se quedara en Santander.
Su propietaria, ya de cierta edad, es amante del sabor de antaño y de las cosas de “antes”. Le gusta la cocina, pero necesita mucho espacio para todos los útiles, cacerolas, fuentes, etc. Había que hacer una buena reforma en pocos metros…
Nos desplazamos a la zona de Chamberí y medimos la cocina, que era casi imposible amueblar. Tenía muebles con fondos especiales que fueron fabricados a medida en su tiempo. No obstante, ella fue acoplando los nuevos electrodomésticos: lavavajillas, micro, como pudo. Era difícil organizar el espacio.
Para adaptar a la nueva disposición, desplazamos la puerta unos centímetros, con el fin de alojar las columnas de hornos y un almacenaje.
Con el fín de continuar con el estilo clásico, opté por unos muebles de estilo provenzal, en laca hueso -por cierto, es delicado de mantenimiento, no apto para los amantes de encharcarlos al limpiarlos-. En éste caso los muebles están a día de hoy como el cuando se pusieron.
Para acentúar el estilo, y por otro lado, ahorrar un poquito, instale una encimera en madera de roble, a la que apliqué tinte para oscurecerla y posteriormente un sellado de lo más ecológico: ceras y más ceras.
En el ángulo frontal hay una encimera con muebles bajos, gaveteros y cajones, para guardar cómodamente todo lo necesario. Se conservó el lavavajillas MIELE aunque ya algo antiguo -nada menos que casi 30 años- que aún funciona estupendamente bien.
Unas vitrinas altas para albergar enseres, están dotadas de luz interior e inferior, para iluminar correctamente esta cocina. A todas la vitrinas les instalé unas visilleras en lino, para acentuar el estilo retro y en otra pared dispuse un gran mueble, también de vitrinas con sus visilleras en lino, de suelo a techo, para mayor almacenaje.
En cuanto a los revestimientos opté por un azulejo de 10×10 en chocolate, al cual le quedó genial una junta en color beige. Para el suelo, un porcelánico en el mismo color chocolate, por supuesto acabado mate, para que sea sufrido a las manchas habituales de una cocina.
La iluminación es un capítulo importante, por lo que se conjugó halógena con downlights, con sistema de doble encendido, para dar el ambiente necesario según las necesidades.
Espero os haya gustado esta cocinita de pequeño tamaño, pero muy equipada. Podéis ver aquí más decoraciones“.