Si vives en Galicia (sobre todo en las Rías Baixas) o si la visitas mucho sabrás perfectamente de que os hablo. Si vais por primera vez y os dicen que hay un Furancho en el que se come bien, prestad atención porque es probable que os podáis dar un buen homenaje a un precio bastante bueno.
Al principio no eran ni tascas, eran casas particulares en las que había bodega y se vendía el excedente del vino, habitualmente estaban en zonas bastante aisladas de un nucleo urbano y se servía viño de la finca y lo acompañaban con comida (queixo, xamón…).
La verdad es que la presión de la hostelería -con la que competían directamente- y el crecimiento de este modelo, ha llevado a muchos Furanchos a convertirse casi en auténticos restaurantes enxebres en los que no falta churrasco, pimientos de padrón o el plato que hoy os traigo, la zorza.
Para hacerla en casa compré lomo de cerdo. Debes eliminar la grasa -porque la operación retorno obliga a bajar el peso ganado este verano– y aunque no es un plato ligero, cuanto menos grasa, mejor. La receta no tiene ninguna complicación pero tiene el inconveniente de tener que macerar la mezcla durante un día. Algunos le ponen un chorrito de vino blanco, otros lo preparan solo con el pimentón y el aceite, en cualquier caso, acompañado de unas patatiñas queda genial. ¡A cocinar!
- 750 gr de lomo de cerdo cortado en tacos
- 1 diente de ajo picadito
- 1-2 cucharadas de pimentón dulce
- 1 cucharadita de pimentón picante
- 1 cucharada de orégano seco
- 50 gr de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
- Pon en un bol la carne y añade el resto de ingredientes. Mezcla hasta que toda la carne se empape con el adobo y esté bien integrado y deja macerar al menos 24 horas en la nevera -puedes dejarlo un par de días-.
- Al día siguiente pon una sartén a fuego fuerte. Vierte la carne y remueve hasta que se dore.
- Sirve acompañado de patatas fritas. Yo las pongo a freír antes en otra sartén porque tardan más... y listo.